Proclamo en esta oración, odio eterno al silencio
Repudio continuo al conformismo grotesco
Desprecio perpetuo a lo que me encarcela, a lo que esclaviza
Por lo tanto, odio al negrero, al perro que aterroriza
Al rescatista de pesadillas, de miedos materiales
El que soba mi lomo con navajas, con armas militares
Al que engaña y confunde con mentiras con guiños programáticos,
Al que divide al que acumula, al que controla
Al impune, al señor, al don, al patrón
Al que corrompe, al que lo aboga al que lo defiende
A sus lacayos y a sus sirvientes, sea curas o presidentes
No importa si son Banqueros o terratenientes
Los odio a todos por igual, no hay diferencia alguna
Son los cancerberos de mi libertad, los apóstoles de la amargura
Los cómplices del abandono, la muerte y decepción
Los inhumanos, los dueños del mundo, los sin perdón
Los que mienten, los que venden los que se comen al perdedor
A los que provocaron este odio, a los directores del temor
A ellos, a todos ellos mis más bellos deseos de dolor
De exilio definitivo a otro mundo, al más lejano permitido
En el cual obligados por la falta de esclavos, se esclavicen los unos a los otros
Y sientan en carne viva, lo que es vivir comiendo mierda
Lo que es sufrir el yugo del poder… amen!
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