Algunos compañeros me hicieron la siguiente pregunta: ¿Cómo entiendo la disciplina revolucionaria? Voy a responderles:
Entiendo la disciplina revolucionaria como una autodisciplina del individuo, establecida en cualquier colectivo actuante, del mismo modo para todos y rigurosamente elaborada. Esta debe ser la línea de conducta responsable de los miembros de ese colectivo, acordando un cumplimiento estricto entre su práctica y su teoría. Sin disciplina en la organización es imposible emprender cualquier acción revolucionaria seria. Sin disciplina la van-guardia revolucionaria no puede existir, porque entonces ella se encontraría en completa desunión práctica, sería inca-paz de formular las tareas del momento e incapaz de cumplir el papel iniciador que de ella esperan las masas. Es por lo que yo hablo de una organización libertaria apoyada sobre el principio de una disciplina fraternal. Una organización así, conduce al acuerdo indispensable de todas las fuerzas vivas del anarquismo revolucionario y le ayudará a ocupar su lugar en la lucha del Trabajo contra el Capital. Por este medio, las ideas libertarias llegaran al pueblo y no se alejaran. Solamente los fanfarrones consumados y los irresponsables huirán de tal estructura organizativa. La responsabilidad y la disciplina orgánica no debe horrorizar; ellas son compañeras de viaje de la práctica del anarquismo social.
Dielo Trouda , nº 7-8, diciembre de 1925